La función principal del actuador es mover el eje a la posición especificada por la unidad de control o calculada a partir del diagrama característico.
Con la ayuda del sensor de posición inductivo sin contacto (sensor CIPOS), la posición del eje se determina continuamente y se comunica activamente. La determinación del ángulo se realiza de forma inductiva a través de un procedimiento sin contacto y, por lo tanto, sin desgaste, con lo que queda garantizada una alta precisión en la medición a lo largo de toda su vida útil. La tecnología CIPOS empleada se caracteriza sobre todo por su resistencia ante campos magnéticos y por su elevada estabilidad térmica.
Además del sensor CIPOS para la determinación precisa de la posición, la electrónica integrada también incluye el control del motor eléctrico y la diagnosis de fallos. De este modo se pueden detectar los errores, notificarlos e iniciar automáticamente las reacciones adecuadas. El actuador tiene un rango de ángulo de trabajo flexible y realiza un movimiento controlado hasta el tope.
Dependiendo de la versión, la comunicación en el vehículo es posible tanto a través del bus CAN como a través de una señal modulada por ancho de pulsos (PWM).